Su realidad

Y ahí fue cuando por fin se dio cuenta de cómo era en realidad.
Con el tiempo se había rodeado de falsos que decían ser sus amigos, que pasaban tiempo con ella, que hablaban de los chismes mas recientes y de la última moda.
Pero, ¿Dónde estaban ahora esos amigos que no les bastaba con un “estoy bien” cuando ella lloraba, que tenían el mejor consejo para su situación, aunque ese no fuera el que ella más quería, que sabían de antemano si algo seria bueno o malo, pero que te acompañaban de todas formas? ¿Dónde estaban aquellos en los que podía confiar, los que no necesitaban verla llorar para saber que estaba mal, esos en los que contaba para su apoyo incondicional?
Porque ahora si se arrepentía, estos amigos ya se habían ido y habían sido reemplazados por fríos y estratégicos muñecos de cara sonrientes, maniquís duros y sin emociones, rocas multicolores que no se acercaban en los peores momentos.
Porque ahora sí se daba cuenta que, aunque su mundo se desmoronara, nada podía impedir que el resto del mundo girara sin parar.