Muerte sin ti.

Rápidamente me levante, la vida sin ti ya no tenia sentido. Todo lo que había sufrido, todo lo que había pensado y todo lo que había llorado, me mostró lo poco que valía mi vida sin todas esas ilusiones de las que me había rodeado para no caer justamente en donde estaba en este momento. Siempre había sido prudente y me había creado un colchón de protección.
Pero en este momento nada importaba, con todo lo que había pasado aquella noche, ya no me importaba terminar mi vida. Corrí hacia el baño, un lugar que nunca más reconocería, y me cerré. Con los ojos rojos como estaban, abrí el botiquín y lo revise completamente. “Deben estar por acá” murmuraba. Esto era lo único que me importaba en este momento. Con un grito triunfal conseguí lo que estaba buscando y en dos movimientos, las destructoras píldoras ya habían ingresado a mi cuerpo.

Todo era blanco, nada difería. “¿Estoy en el cielo?” recuerdo que pregunte. Se podría decir que esa pregunta tenia una respuesta obvia, pero en ese momento yo no podía averiguarlo por mi misma.
Lo ultimo que recuerdo de ese día son las muchas caras de mis familiares y algunos amigos todos con ojos rojos de tanto llorar.