10.7.09

Pensando en ti.

Cuando volvieras. En eso me obsesionaba cada momento de mi vida. Cada precioso minuto; antes de acostarme, a la hora de comer, en cada rincón, en cada esquina. Cuando volvieras, pensaba. Ensayado cada movimiento y cada palabra. Lo tenía todo practicado, todo planeado. Pensada cada posible reacción tuya y mi armada respuesta, nada iba a fallar.
Pero paso lo inimaginable para mi... yo, observando cada opción de tu regreso, me quede ciega para ver que te alejabas... cada día te ibas mas lejos de mi. No le había prestado atención hasta que te vi… la música sonaba fuerte y las luces rodeaban todo la pista ... pero yo solo tenia ojos para vos, que, iluminado como por un haz de luz, caminabas hacia mi como en uno de mis tantos sueños. Todo lo memorizado se arrimo en mi cabeza esperando cualquier palabra tuya para salir en estampida. Pero nada fue como lo planeado.
Tus primeras palabras me desconcertaron. “ella es lucia... de la que te hable el otro día. ¿Te acordás?”. ¿Me estabas presentando? ¿Había otra persona? En mis sueños tu venias solo dulcemente y me pedías que volviéramos y un mágico beso cerraba el capitulo. Pero no... Ahora si pude ver lo que antes me había pasado desapercibido… tu mano parecía pegada a la suya. Su cabello rubio caía como una hermosa catarata y enmarcaba ese precioso rostro. “Ah sisi... ¿Tu ex no?” el repiqueteo de las mil sonoras campanillas de su voz taladró mis oídos. Era lo peor que me podría haber imaginado y por eso seguro nunca lo hice. Me había creado una pintura sobre la realidad, una mascara para no ver lo que en realidad estaba ocurriendo.
Ambos esperaban mi respuesta. Lo único que salio de mis labios fue un simple “hola” sin emoción, que quedo colgado en el vacío.
“Mm... bueno emm... ” Se notaba lo incomodo del momento y la depresión que me había surgido desde el fondo de mi alma no se podía ocultar. “Amor nos tenemos que ir”. Ese sonido me molestaba a sobremanera… era el sonido que había reemplazado mi voz, los brazos que ahora rodeaban lo que antes había sido mío, los labios que se posaban suavemente acuchillándome mil veces por la espalda, hundiéndome, matándome, asesinándome. Ahí me quede, mis pies se pegaron al suelo y yo me petrifique.
Rato mas tarde, sentada en mi cama pensaba. No podía creer todo lo que había pasado. De un sueño, todo se había convertido en una pesadilla. Todo ese tiempo obsesionada contigo no valía nada, todos esos momentos pensando en vos no tenían importancia, no te significaban nada. Ya no necesitabas mis palabras, no necesitabas mis abrazos, mis besos, mis cariños; y yo pensando que los extrañabas, que soñabas cada día con recuperarlos. Pero no, todo había sido una ilusión, que me había ayudado a subir en el momento que lo necesitaba pero que después me tiró desde un precipicio más alto. Yo me había creado esta mascara para ocultarlo todo, y que en realidad nunca me iba a servir. Me había quedado paralizada mirando como el se iba con su hermosa reina, paralizada como un espantapájaros, como un bicho, como un trapo viejo, como un papel que se utilizara una sola vez. Y no había podido ni pronunciar una sola palabra del hecho, solo las lagrimas salían de mis ojos, como dos imparables ríos que no pensaban siquiera en detenerse mientras que mi alma se desahogaba en los recuerdos nuestros que tenia grabados en la memoria, pero que tu ya estarías reemplazando por otros, mas nuevos, mas vividos y, quizá, mas hermosos. Yo no significaba nada para vos. Yo era, como ya lo había mencionado esa chica, era únicamente tu “ex”.

No hay comentarios: