24.8.09

Por fin, un poco de dolor.



Trato de concentrarme, de dejar de pensar en ti. Pero no puedo dejar que tu cara aparezca en cada página que recorro; no puedo alejar el sentimiento de que tu voz recita cada una de las aburridas palabras. Si, ya lo se. Soy una maldita suicida. Nacida únicamente para vivir sufriendo por tu desinterés, por tu indiferencia. Y solo una de tus palabras me harían sonreír, sola una de tus miradas me harían suspirar. ¿Podrá eso ser tan difícil?
Parece que nunca podré alejarme de este infierno que me cree yo misma para no perderme en la frialdad de tus palabras y de tus sentimientos, pero que ya se salio de control. ¿Por que? Porque sin ti soy una bala perdida, un luz a punto de extinguir, un viento que no silba, una ola que no moja, un estúpido objeto inservible, que no merece ni siquiera poder caminar por la vida. Porque no puedo dejar de soñar contigo, de hablar de ti, de imaginarme a tu lado, porque, simplemente, estoy completamente obsesionada contigo.
Te parecerá loco, porque… ¿Quién puede amar ferozmente y con locura al cabo de un tiempo? Sin conocer del todo a la persona de tus sueños, sin saber lo que él siente por ti.
Pero eso es lo que siento, y es lo que necesitaba sentir. Porque a veces en la vida se necesita sufrir un poco para darse cuenta de la dificultad de algunas cosas.

No hay comentarios: