14.9.09

La realidad detras de la mentira.

Borraré tus mensajes, arrancando una parte de mi alma con cada uno de ellos. Romperé tus fotos y, talvez a esos pedazos, los arrojaré al fuego, mirando como las cenizas vuelan en el viento y deseando que estos fueran tus recuerdos yéndose para nunca volver a verlos. Desgarraré las cartas, que alguna vez me escribiste, jurándome amor eterno y querer más que nadie. Diré a todos que he olvidado tu nombre, tu cara, tus besos y si me preguntan responderé que no recuerdo que hallas existido, solo para defenderme de la lástima que dejan los otros caer. Mantendré una sonrisa y no dejaré que vean la realidad de mis sentimientos, ocultándolo todo bajo una mascara. Comenzaré a estar con otros, mostrando así que por completo te he olvidado.
Y talvez, solo talvez, en la penumbra de las noches, cuando ya nadie queda por engañar, dejaré caer una lágrima, que rodará suavemente por mi mejilla.
Pero si tú vuelves, si luego te dignas en regresar, a mirarme nuevamente, a hablarme una vez más. Si me dices es que todo fue un error, si te disculpas por lo equivocado que estabas, si me hablas con ternura, y enlazas de nuevo nuestras manos, te aseguro, completamente, que, estando frente tuyo, me derramaría en tus brazos, perdiéndome en tus ojos y muriéndome en tus labios.

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